lunes, 1 de septiembre de 2008

saludo final

Bueno, como ya sabrán algunos y otros no sabrán, hemos decidido darle de baja a este humilde lugar, a este pequeño segmento de escritura.
ya que la mayoría de la gente que colabora/ba está muy metida en sus cositas, y esto es un simple lugar de expresion opcional.

espero que haya gustado lo que se mostró y lo que no.

besos abrazos para todos.

y nuevamente muchas gracias.
a todos.

sábado, 30 de agosto de 2008

Raíces Humanas

Y leíamos el mismo libro, ella apoyando su espalda en mi pecho, sentados bajo el árbol, con grandes colinas verdes y un hermoso río de agua transparente bien fría, de deshielo. Una hermosa postal, no se por que nunca nos sacamos una foto, me acuerdo de la cita la llamábamos “Raíces humanas” un poco extraño, tal vez su significado se debía a la locura que ambos teníamos.
Se que se complicaba leer un libro de a dos, pero nosotros ya llevamos tres libros leídos de esa manera. Si por alguna circunstancia ella no podía venir o yo no podía ir, el libro no se leía, por más que la tentación este en su máximo exponente y nos obligue a saber el final, ninguno de los dos tocábamos el libro.
Ella se llamaba Rosa, siempre me gustaron los nombres de mujer. Aunque sinceramente nunca usamos nuestros nombres. Sí, estábamos locos.
Nos inventamos dos nombres o formas de llamarnos, solo ella y yo podíamos llamarnos así, ya que nadie lo sabia, y es por ese motivo que por esta vez, esta historia será de dos personajes que no tienen nombres.
Siempre fuimos de amar la ecología y de estar agradecidos de los momentos, nos respetábamos y por ende nos queríamos. Jamás tuvimos sexo o un beso. ¿Por qué?, por que siempre charlábamos sobre lo mismo. De nuestra rara inventada vida, de nuestro raro querer. A pesar de que ya se había convertido en una rutina, una hermosa rutina, jamás lo vimos así.
Cada uno tenia su vida real, su pequeña vida, pero cuando estábamos en el árbol, nuestras vidas reales no valían nada. A ella no le importaba que tal fue mi día, y a mi, a mi tampoco. De que nos importaría nuestras vidas, si al fin y al cabo, solo importaba estar vivo y concurrir a la cita, a tal punto de ser una obligación y de sentir necesidad de encontrarnos a leer.
Hubo una vez en la que lleve una radio, pero jamás la prendimos, cuando ella me vio con eso se enfado. Me cuestiono el por que llevaba la radio y estuvo a punto de apartarse de la cita, pensó que ya nada tendría sentido, la comprendí, pero con el tiempo entendió que no era algo tan grave, pero me dijo que si quería llevar la radio, que la lleve, pero que no la prenda, y si algún día se le ocurría prenderla, ese iba a ser el día en que ella no estuviera. No se si tendría algo en contra de las radios nunca se lo pregunte, no sabia si era casada, si tenia hijos, si era feliz, si estaba mal o estaba bien.
Ella tampoco sabia nada de mi, éramos dos desconocidos conocidos, dos personas sin nombres, dos personas sin vida.
Yo sí era feliz, estaba bien, supongo que ella también, todo era muy lindo. Jamás discutimos mas que el pequeño inconveniente con la radio. Leíamos un capitulo por día, siempre elegíamos libros largos y de muchos capítulos, sin importar de que tratase, la lectura era fundamental, aproximadamente tardábamos entre una hora u hora y media, depende el apetito visual que teníamos.
Al final de cada libro, nos levantábamos y nos mirábamos a los ojos. Era como un ritual, luego nos poníamos de espalda y tirábamos el libro para atrás. Simulando una victoria, recogíamos el libro nuevamente y partíamos a la librería del pueblo a canjearlo por otro. Siempre juntos, todo lo que pasaba en la cita era juntos, nunca separados.
Con el tiempo entendí que nuestra forma de tener sexo era abrazándonos. Sí, pensaras que estábamos locos. Pero no. Teníamos nuestros códigos, códigos inimaginables, fieles y eternos.
Como todas las tardes, partí a la cita y ella no llego, y paso el tiempo de prorroga y ella jamás llego. A la siguiente tarde, paso lo mismo, ella jamás llego, y así pasaron los días, pasaron ciento dos días y ella no llego, nunca llego.
Y ahí comprendí que la cita ya no existiría mas, que las cosas buenas pueden ser las peores cosas. Que nada dura para siempre, ni siquiera en nuestro mundo y eso no podía ser, acá las reglas las poníamos nosotros, yo no podría solo, ella tenia que estar presente para aplicar o crear alguna regla, no podía romper los códigos que con tanto esfuerzo respetamos.
En mi ultima tarde, pensé en romper la regla del tiempo de prorroga y quedarme un rato más, reflexione un poco y tal vez ella estaba viniendo a la cita, pero un poco mas tarde. Y no, ella no vino más tarde, rompí una regla.
A la siguiente tarde, fui mas temprano, tal vez ella estaba viniendo mas temprano, tampoco apareció, rompí una regla más; el horario de la cita.
Me costaba creer que ella no vendría más, entonces pensé en algo que me de una señal de que ella iba en algún momento, y deje un pañuelo rosa en el árbol, si nadie iba el pañuelo tendría que estar donde lo ate.
Paso una semana y yo no asistí a la cita, en total ya habían pasado mas de ciento veinte días, sumándole a esto que nuestro libro estaba inconcluso.
Deje pasar dos semanas más y volví, no aguante mas, me gano la impaciencia, tal vez ella vendría hoy, el tiempo paso mas rápido que lo habitual, y comencé a caminar a la cita.
Cuando llegue el pañuelo rosa estaba en el mismo lugar, intacto, tal cual lo deje, ya había roto tantas reglas que no me preocupe en romper la más importante, leer el libro.
Junte valor, mucho valor, y sostuve el libro en mis manos unos segundos, después lo deje nuevamente en el piso, no pude. Intente nuevamente, lo tome en mis brazos, lo puse sobre mi falda y lo abrí en donde estaba marcado, tan solo faltaba un capitulo, unas veinte hojas.
La regla estaba rota, y para completarla, se me ocurrió encender la radio, para no estar tan solo. Apreté el botón y la radio empezó a sonar, volví a mirar el libro y me largué de lleno a leerlo, mientras que al mismo tiempo en la radio, se escuchaba una voz conocida, era una voz de mujer, seguí leyendo sin prestarle atención, pero esa voz yo la conocía.
Subí un poco el volumen y no se escuchaba nada, entonces mire al libro y comencé a leerlo nuevamente, cuando dije la primer palabra, la radio balbuceo una palabra, dije la segunda y la radio sonó un poco más fuerte.
Empecé a leer como leíamos todas las tardes y la radio comenzó a leer lo mismo que leía yo a la misma velocidad, era ella la que leía, pero como podría ser posible.
Ya se aproximaba el final del libro, hice una pausa, supuse que si se terminaría el libro, nuestra cita habría finalizado, y fue así, no me había equivocado al pensar eso, nuestra historia termino, como termina cualquier libro.
Siempre que necesito escuchar su voz, comienzo a leer otro libro. Tal vez algún día vuelva. O tal vez no, les mentiría si le digo que no extraño su espalda apoyada en mi pecho, si no extraño su mano sobre la mía. Pero lo que más extraño, es el silencio que generaba su presencia. O tal vez ella jamás existió.

sábado, 16 de agosto de 2008

¡Che mocosito!

¿De reproches tas cansado Pajarón?
Volveté al nido, todavía sos pichón.
Si se te caían los mocos y masticabas polvo,
Mírame, piscuí, somo’ la misma sangre.

¿De matón te la das pebete?
Jugá con autitos de fricción,
si te da la pulenta pa’ moverlo hacia atrás.
Mírate, piscuí, usas mi ropa.

¿De pillo te la das guachín?
Sí con esas llantas no asustas a nadie.
¿Ganas carreras con esas o ya no jugas a eso?
¡Eh! Guacho, baja eso que somo’ del palo.

¿De perdonavidas te la das ahora?
¿Sos un héroe?
Ni el guasón hacia eso,
¿Sabes quien es el guasón, purrete?.

Mira que los abuelos no se tocan,
Mira que el barrio no se ensucia,
Mira que nadie es inmortal,
Mira que si vos sos loco, acá somo’ loco y medio.

¿De fanfarrón te la das ahora?
¿Qué no tenes para comer cara sucia?
Sí a veces no comíamos nosotros,
Acaso alimentamos a un futuro León.

¡Che mocosito! es hora de la lechita.
¡Che mocosito! no te vayas de mambo.
¡Che mocosito! mira que la gente se esta enojando.
¡Che mocosito! te pueden hacer mal.

¡Che mocosito! pensa en el basural de la esquina.
¡Che mocosito! la yuta se esta cansando.
¡Che mocosito! mira que tu sangre vale más que la mía.
¡Che mocosito!... yo te avise.

A veces me cuesta creer como nenes de 9 a 15 años, salen a matar su vida. Y aun peor cuando se la quitan a otro. Cuesta entender su forma de pensar, no hay soluciones, nadie mueve un pelo, hasta que nos tocan un ser querido.

¿Qué podemos hacer cuando cuesta tanto aprender?.
¿Qué esta bien y que esta mal?.
¿Hasta cuando?.
¿Cuánto más?

sábado, 9 de agosto de 2008

¡Oh dios!

¡Oh dios, Mátala cuanto antes!

Nada tiene fin, volverás
Volverás en otro cuerpo, renacerás de las tierras que alguna vez
te vieron nacer, las mearas con sangre.

¡Oh dios, aléjala cuanto antes!

Insolente, tipa de tetas blandas; con pezones de Salmón (Azulados)
Azafata de vuelos exóticos, de viajes místicos, (los sin retornos)
de mirada dulce e ingeniosa, ojos de acero.

¡Oh dios, échala cuanto antes!

Lengua rabiosa, muerdes los trapos que te arropan,
por placer, solo de placer
de sirena tu voz, de mujer tu cuerpo, que veneno tan rico
siento intoxicarme (un poco más, solo un poco más)
y volaras como el viento.

¡Oh dios, haz algo cuanto antes!

Respira la fatal e inocente infanta,
como voy a digerir tanta basura,
abismo de piernas punzantes
que suelen pinchar –cuando tiro más-
y siento pervertirme más y más.

¡Oh dios, mátame cuanto antes!

domingo, 3 de agosto de 2008

¿Cúanto Más?

¿Cuánto tiempo hace que no caminas de la mano con el amor de tu vida, en un otoño repleto de hojas naranjas y amarillas?
¿Cuánto tiempo hace que no preparas un desayuno con amor?
¿Cuánto tiempo hace que no cantas a los gritos, sin importar quien te escuche?
¿Cuánto tiempo hace que no le cocinas?
¿Cuánto tiempo hace que no vas al cine con un amor?
¿Cuánto tiempo hace que no dedicas una canción por la radio?
¿Cuánto tiempo hace que no escribís una carta y dibujas corazones?
¿Cuánto tiempo hace que la lluvia parecía no mojar?
¿Cuánto tiempo hace que podías creer en alguien?
¿Cuánto tiempo hace que no sentías tristeza?
¿Cuánto tiempo hace que lloraste por una emoción?
¿Cuánto tiempo hace que no te alcanza la cara para sonreír?
¿Cuánto tiempo hace que te sentías vivo?
¿Cuánto tiempo hace que no miras una película abrazada?
¿Cuánto tiempo hace que no brillan tus ojos?
¿Cuánto tiempo hace que no te acarician el hombro?
¿Cuánto tiempo hace que no te dicen un “te amo” sincero?
¿Cuánto tiempo hace que extrañas?
¿Cuánto tiempo hace que dejaste de creer en todo?
¿Cuánto tiempo hace que tu corazón dejo de latir?
¿Cuánto tiempo hace que estas atrapada ahí?
¿Cuánto tiempo más necesitas?
¿Cuánto más?
¿Cuánto?

El tiempo es veloz, nena, tendrías que saberlo.

jueves, 31 de julio de 2008

ya lo dijo el indio

Viajaba tranquilo es este colectivo tipo 9:30 de la noche.y miraba por la ventanilla.



Sonaba...

Preso en mi ciudad - Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.

ironico no?

Comentario Sincero

COmentario sincero Número 1:

Odio los doctores, no tengo nada contra su vocacion de ayudar gente. pero los odio.

es mucho mas simple decir, te voy a ver la nariz con una manguerita de 1 mm. de ancho que decir, hacete autorizar esta FIBROLARINGOSCOPIA CARTILAGINOSA. me produce ese odio tremendo hacia las obras sociales, prepagas y engendros de satan que habitan en esta ciudad. y que lo único que quieren es obtener dinero de nuestra ignorancia.

PD: le tengo miedo a los dentistas tambien.

lunes, 28 de julio de 2008

Playas.

El agua me pega en los hombros y esta hirviendo.
Solo pienso una cosa. quiero una historia de verano. Esas historias que te rompen la cabeza por el resto de tu vida. Esas que te dejan pensando en "que hubiera pasado si..." son historias que toda persona debe tener, son historias que ninguna persona se puede negar.
Momentos que deben transcurrir en la vida de los hombres.
Necesito de manera imperiosa una historia de verano aunque lo mas cerca que tenga sea, la ducha de agua caliente y un pensamiento que no dista demasiado de la tempereatura del agua.
Solo necesito un poco de playa, un depto. compartido, arroz/fideos, y amigos. nada mas
A veces uno es feliz solo con pensamientos.
por mas de que sean lejanos e inexistenes.
eso hace que las personas sean felices.
pensamientos inexistenes, de un futuro que tal vez no llegue. o tal vez si.
quien sabe.
yo no. y tampoco quiero saber.


Mat.

AVISO MUY IMPORTANTE

Llegamos a las 2000 visitas gracias al gugel analitycs se puede corroborar.

Dicho eso, tengo un fernet de litro muy bien ganado, que voy a compartir con amigos.

Asique ya saben, cuando sea pagado será debidamente informado por este medio.

saludos.

MAt.

sábado, 26 de julio de 2008

Y todo en un minuto

Y el tiempo paso y al final, el partió, se fue. Con un bolso enorme lleno de preguntas, penas, deudas y miserias que guardo como un triste recuerdo tuyo.
Se canso, otra vez no pensaría fracasar, no, ser un tonto, nunca más, se juro no amar más, no creer en más nada, solo en él y así partió, sin destino, solo quería alejarse.
Miro su reloj y pensó que era un buen momento para yacer su triste persona, para sentarse un rato, para mirar el cielo, para pensar realmente que es lo que iba hacer, que es lo que quería descubrir, cerro sus ojos y se entrego.
Al despertarse, echo un vistazo a su alrededor y el bolso ya no estaba más.
Se sintió mejor, volvió a mirar su reloj y solo había pasado un minuto.
Él es una de las pocas personas además de vos, que olvida todo en un minuto.