¿En qué piensa la gente mientras le pone azúcar al café?

I

Abrí el sobrecito de azúcar y lo fui golpeando suavemente, mientras los granitos de azúcar se sumergían en el café. Se matan entre ellos por entrar en la taza.
Frente a mi, Carla. Hace exactamente un mes que no la veía.
Agarro la cucharita y la silueta me recuerda el culo de Carla, mi mente enferma interviene. Coger, coger y coger.
La imagino con las tetas al aire, justo frente a mi, desafiante, jugada, excitada.
Tiro las tazas contra la pared blanca, la agarro de los pelos, y queda el hermoso y duro culo pidiendo a gritos mi poronga. La empiezo a coger y ella se mancha todas las tetas con café. La doy vuelta y le chupo el café que esta en sus tetas y no dejo de cogerla. La gente mira asombrada, no es común que pasen cosas así en un bar, pero no puedo, no imaginar la situación.
Coger, coger y coger.

—Perdón, ¿Dijiste algo?
—No, yo no hable... creo.

II

Abrí el sobrecito de azúcar y lo fui golpeando suavemente, mientras los granitos de azúcar se sumergían en el café. Se matan entre ellos por entrar en la taza.
Frente a mi, Lucas. Hace exactamente un mes que no lo veo.
Lo imagino en pelotas. Quisiera que me coja ya. Que me coja que me coja que me coja.
Que patee la mesa y que las tazas choquen contra la pared. Que se hagan mierda.
Imagino que me tira de los pelos y de un empujón apoyo mis tetas sobre la fría pared, y me empapo en café. Después me da vuelta y me empieza a coger, como un negro guarango. Sin piedad.
Solo pienso en coger, coger y coger.
Mientras me coge, en frente esta un pelado que me mira, y yo le guiño el ojo, le saco la lengua, me chupo un dedo. El pelado comienza a masturbarse.
Coger, coger y coger.

—Perdón, ¿Dijiste algo?
—No, yo no hable... creo.

Pero en ningún momento puedo imaginar al pelotudo de Lucas. Imagino a Pablo, mi ex.