Dos meses

Siempre que empezas un curso con una pasión imparable, sabiendo que lo terminaras, renuncias a los dos meses. Aprendes juegos, trucos, estrategias, recetas, que lamentablemente, las olvidas a los dos meses.
Me miro al espejo y me digo, “¿Qué tan mal estoy hoy?” y como siempre, no me reconozco, ya ni mi reflejo me da la misma seguridad que tenia hace apenas ocho semanas atrás. Nadie me explica lo simple que es la vida. Y voy paso a paso descubriendo todo, de a poco, disfrutando todo hasta los primeros dos meses. Así es como la voy llevando, mirándome cada dos meses en el espejo, intentando buscar algo similar a los dos meses anteriores. Trato de convencerme que la vida no dura dos meses. Pero la mayor satisfacción que tuve duro dos meses. Mi vida se resume en dos meses.

Y allá me olvide de todo, bien al sur, ahí se fueron mis mejores dos meses, ahí se quedo mi reflejo aquel que tanto amabas, ese que te regale la ultima noche. No volví más. Nunca más tuve el valor para volver, pero como iba hacerlo, si no podía reconocerme, si no comprendía que era, aquellos dos meses fueron mi identidad, tanto tiempo buscando saber quien era, para encontrarme, asustarme como un niño y escaparme de todo. Todo un cobarde, un maldito cobarde.
Después de eso cambie para siempre, y extraño aquella ciudad más que a mi madre, y el tiempo no existió, no había horas que midieran la felicidad, es que; la felicidad se mide en distancia, mientras más alejados del dolor estamos, más felices seremos, pues no, comprendí que no, que la felicidad se mide en meses, dos meses.

Ya nadie me escribe te amo.